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Abiy Ahmed y la guerra santa
El jueves al llegar a la charla el jueves, Mario Lozano nos dijo que en el turno de preguntas comentaría acerca de la Iglesia Ortodoxa en Etiopía a raíz de nuestro último análisis de la Iglesia Católica. “Se está liando bastante”. Mario no es un cualquiera, es historiador y autor del libro de Historia de Etiopía. Al final no preguntó y en las cervezas de después nos dio más pinceladas que nos han dado por bucear. Efectivamente, hay un lío interesante.
Empecemos diciendo que casi la mitad de los 120 millones de etíopes son ortodoxos. Consecuentemente, la Iglesia Ortodoxa tiene un gran poder, pero ¿qué ha pasado? Resulta que a principios de mes tres arzobispos se rebelaron y nombraron a 26 obispos de Oromia y las poblaciones del Sur sin permiso. ¿Por qué? Por oromizar una Iglesia donde mandan los Amhara. Volvemos a un tema de descentralización que ya hablamos en el análisis de la Iglesia Católica en África, pero ahora a nivel nacional en la Iglesia Ortodoxa etíope. Esta la dominan los Amhara, la segunda mayor comunidad de Etiopía tras los Oromo, y las misas son en amhárico o ge’ez. Los Oromo quieren que se haga en su idioma y acusan a la élite de la Iglesia de imponer su manera de ser. Esto, dicen, provoca que cada vez más jóvenes se hacen Protestantes por esa inflexibilidad. Esto viene de lejos, el problema es que ahora se ha tornado violento y político: más de 30 personas murieron en protestas debido a la represión policial y el primer ministro, Abiy Ahmed, ha abogado por el diálogo y ha apoyado las peticiones de estos rebeldes. “Ambas partes tienen verdades y demandas legítimas. Es posible resolverlo sin suprimir el derecho de las personas a usar su lengua materna”. Se hizo el lío. Abiy es Oromo, pero no tiene mucha popularidad entre su comunidad, por lo que muchos ven esto como una manera de acercarse a ellos en un momento de tensión en la región que puede desestabilizar de nuevo al país. Es lo último que quiere ahora que el país vuelve a llamar la atención en el exterior. El primer ministro se fue de tour a Europa días después, con paradas en Italia, Malta y Francia. Viajes de negocio y ayuda al desarrollo auspiciados por un acuerdo de paz en Tigray que le han granjeado buena imagen. El investigador Alex de Waal ya lo dijo: “Estados Unidos y la mayoría de países europeos siguen teniendo la fantasía de que Abiy es redimible”. Una idea que acompaña el analista Rashid Abdi: “El proceso de paz es un gran escaparate para Abiy… él puede decir: ‘Mira lo que podemos hacer’. La gente no quiere hacer un análisis profundo y el gobierno se alimenta de eso. Si la Unión Africana está de acuerdo y la comunidad internacional dice que es suficiente sospecho que a los inversores no les importará y confiarán en la estabilidad”. Esta semana le sacó 180 millones de euros a Georgia Meloni en Italia y en Francia buscaba financiación privada, con abrazos a Emmanuel Macron. Su capacidad de supervivencia es única, pero meterse en los líos de la Iglesia Ortodoxa puede traerle más mal que bien. Por mucho que quiera impulsar su filosofía medemer de unión en la diversidad en la Iglesia, será difícil que lo consiga en una institución milenaria. Podrá explicar el concepto medemer en amáhrico, መደመር, o en afaan oromo, IDA'AMUU, pero lo diga como lo diga le traerá más problemas.