El yihadismo se expande en África a pesar del coronavirus
Los 4.958 ataques terroristas asociados al yihadismo marcaron un nuevo récord anual y confirmaron una tendencia al alza desde 2016. Las muertes también aumentaron un tercio con respecto al 2019 hasta las 13.059 víctimas de terrorismo yihadista, como recopila el Africa Center for Strategic Studies. Aunque el yihadismo se haya expandido a otras regiones, hay principalmente cinco focos de concentración: el Sahel en África Occidental, la región del Lago Chad en el Sáhara, el Cuerno de África con Somalia como epicentro, el norte de Mozambique y en Egipto y Libia en el norte del continente, única región esta última donde descienden los ataques. En cada lugar operan grupos distintos bajo una amalgama de siglas y alianzas con un objetivo común, implementar la sharia, y las mismas consecuencias, el miedo de la población.
La pandemia del coronavirus no ha supuesto un freno a la actividad yihadista en el continente en términos generales, como aseguran en un estudio para el Instituto Español de Estudios Estratégicos los investigadores Marta Summers y Luis de la Corte. Sin embargo, sí coincide que en los países más afectados por el virus, especialmente los del norte, han sufrido menos ataques que aquellos con menor incidencia como Burkina Faso, Camerún e incluso Kenia.
Los potenciales efectos a largo plazo están aún por ver, pero los efectos económicos en los países occidentales pueden afectar las partidas dedicadas a las misiones anti-yihadistas en el continente, así como a la radicalización en los países africanos si se reducen las oportunidades económicas para su población. Sin embargo, la hipótesis de que pueda potenciar a organizaciones yihadistas a desarrollar un arma biológica es poco realista debido a la dificultad para tal misión y a su capacidad actual.