Ataques rebeldes a la capital de República Centroafricana
El 27 de diciembre el país eligió a Faustin-Archange Touadéra para un segundo mandato, en medio de un clima de tensión que terminó de explotar tras las elecciones. La prohibición de presentarse al expresidente François Bozizé, acusado de crímenes de guerra, ha sido clave para entender unos comicios y tensión posterior.
El gobierno y las Naciones Unidas culpan al exdirigente de estar tras la Coalición de Patriotas por el Cambio, un menjunje de milicias armadas que desde principio de año llevan intentando capturar la capital, Bangui. Los ataques han provocado ya 120.000 desplazados de sus hogares, la mitad de los cuales han tenido que huir a países vecinos como Camerún, Chad o República del Congo. Eso significa un 2% de la población nacional, de unos cinco millones de personas en un territorio extenso como Francia.
La prensa local ha reportado declaraciones de supuestos rebeldes detenidos que hablan de no tener ni idea de contra quién pelean, asegurando estar forzados a combatir bajo órdenes de sus comandantes. Muchos de ellos son niños soldado, cuyo uso desde la guerra civil de 2012-2015 ha sido extendido. Las fuerzas armadas luchan para contener las ofensivas rebeldes pronto y no sumir al país en un nuevo conflicto duradero. Por el momento ya han retomado el control de la ciudad de Bengassou tras dos semanas en control de los rebeldes.