Todo queda en familia: las dinastías políticas africanas
La salida anunciada del Ejército de Uganda por el propio Muhoozi Kainerugaba no ha sido más que un paso más en la dirección que muchos creen que tiene predestinada: la presidencia del gobierno. El hijo del actual presidente, Yoweri Museveni, no sería el primer familiar de líder africano que asume el cargo tras la salida de su padre, bien sea por su muerte o tras dejar el cargo. En África, hasta 10 países han contado con al menos dos miembros de una misma familia como jefes del Ejecutivo. Aunque predominan los hijos, también hay casos de hermanos y hasta sobrinos. Algunos de estas dinastías siguen vigentes y hasta con rumores de su continuación con un tercer linaje, pero otras han finalizado. Las repasamos. [ihc-hide-content ihc_mb_type="show" ihc_mb_who="4,5,6" ihc_mb_template="3" ]
Los más longevos, los más autócratas
Tres familias dinásticas llevan más de 50 años en el gobierno: los Gnassingbé en Togo, los Bongo en Gabón y los Nguema en Guinea Ecuatorial. El caso de los primeros dos es sencillo: dos dictadores que gobiernan desde la independencia y que al fallecer, uno en 2005 y otro en 2009, ceden el testigo a sus hijos, que siguen con un sistema autocrático. El tercer caso es más complejo. Teodoro Obiang Nguema llegó al poder en 1979 arrebatándole el poder a su tío, Francisco Macías Nguema, mediante un golpe de Estado. Tras ellos se une Chad en cuarta posición como un caso claro de líder autocrático, aunque su caso es más enrevesado. Idriss Déby falleció en 2021 combatiendo a rebeldes en el norte del país y el Ejército dio un golpe de Estado para colocar a su hijo, el militar Mahamat Déby Itno, al frente del gobierno.Un caso similar de trágico ocurrió en 2001 en República Democrática del Congo tras el asesinato de Laurent-Désiré Kabila y el nombramiento de su hijo, Joseph Kabila.
Países donde asumieron el poder más tarde
En todos estos casos la entrega de poder fue inmediata. Sin embargo, hay otros casos donde pasaron unos años entre un miembro y otro. Donde menos tiempo pasó fue en Malaui, cuando Peter Mutharika accedió a la presidencia tan solo dos años después de la muerte de su hermano, Bingu wa Mutharika, tras el cual hubo un periodo interino donde gobernó Joyce Banda, la primera mujer y única hasta la fecha en hacerlo en Malaui. En el resto de casos, los líderes fueron tras las independencias y más de una década después asumieron el poder sus hijos. Es el caso de Ghana con los Akufo-Addo, siendo Nana actual presidente, en Mauricio con la familia Ramgoolam, en Botsuana con los Khama y en Kenia con Jomo y Uhuru Kenyatta. El caso de Kenia es curioso porque no solo ha tenido un padre e hijo en el poder, sino que sus correspondientes líderes de la oposición y máximos rivales políticos han sido también de una misma familia, los Odinga, con Oginga Odinga en la época pos-independencia y Raila Odinga en la actualidad. Este último y Uhuru Kenyatta han llegado a un acuerdo tras años de oposición para que Kenyatta favorezca la candidatura presidencial de Odinga tras dejar el cargo este año al acabar su segundo mandato, una unión entre familias políticas inédita. [/ihc-hide-content]